jueves, 22 de enero de 2015

Las miradas incansables de dos idiotas.

Es difícil de expresar, aunque creo que se como, ahí va:
No se por que pero me da que me estoy enamorando de ti. Te preguntarás que como lo se, pues bien, lo se porque me ha ganado una foto tuya a un serio. Ha conseguido sacarme una sonrisa, y ha conseguido(al igual que conseguiste tu en persona) desviarme la mirada a tus labios tan perfectos. Tú has logrado que acabe perdiendo los papeles e incluso la cabeza en esta vida. Lo sé parece algo precipitado e impulsivo, pero, que es la vida sino una serie de impulsos de unos cuantos locos que son capaz es de cambiar el mundo. Te miro y soy capaz, aunque no lo creas, de verte por dentro.
Tal vez sea hora de dormir, quien sabe a lo mejor solo es sueño y no amor (aunque no creo).
Ojalá fuese todo verdad, ojalá fuese así.

miércoles, 14 de enero de 2015

Dejo escrito que no voy a abandonar(te).

Se vio obligado por el miedo a vaciarse en cada encuentro, a darlo todo por ver sus ojos -los de ella- chispear en su presencia. El miedo de ella era a entregarse. El miedo de él a que no se entregara. Por eso él acababa entregándolo todo, lo que le correspondía entregar a él y lo que le correspondía a ella. Lo daba todo por ver caer sus temores, lo daba todo para que no hubiera ninguna duda sobre ser o no merecedor de su amor. Pero el amor no se merece. Surge o no surge. Y si surge como surgió en este caso, luego hay que esquivar el miedo de ella y aquel era un miedo  gigante. Porque antes de él hubo otros nombres, personas que dejaron su alma como una aldea saqueada, desengaños con forma de persona que la dejaron demasiadas noches sin dormir y demasiados días sin abrazos. Aún le dolían los pies de pisar las promesas rotas que le hicieron sobre otras camas y así es difícil entregarse incluso cuando el amor te golpea en el vientre con su mirada bondadosa.

Y no se sabe si hay solución. Depende de ella, del tiempo que tarde en darse cuenta del origen de sus miedos, del tiempo que tarde en darse cuenta de que no todos los hombres extienden cheques sin porvenir. Y depende él –no conviene olvidarlo-, del tiempo que quiera darse en intentarlo, del tiempo que considere suficiente para rendirse.

MARWAN-UN DÍA DE ESTOS.