miércoles, 23 de noviembre de 2016

La parábola del tonto.


"La parábola del tonto"
Narración breve y simbólica de la que se extrae una enseñanza moral.

Verás, me gustaría decirte," Antes que te vayas vas a contemplar "que" he hecho algunos cambios," y seguro que "te sorprenderán." He dejado de lado los miedos, las inseguridades y unos cuantos complejos que suelen ir de la mano con todo lo anterior. "Ya no hay confusión y" todo "aquel rencor duerme ahora en un desván," oscuro y con mil motas de polvo que lo retienen para que no escape. Pero bueno, sé que esto pinta bien, aunque te toca a ti ahora: "Dime..."
"Lo has visto, no hay nada de lo que tanto odiabas... lo he cambiado todo de lugar "y te prometo que de ese pequeño rincón no va a salir jamás. De veras te lo digo, "Espera, aguarda, nunca valoras nada..." no te marches aún, "tus mudanzas aún no pueden empezar." No me dejes así, no puedes, no debes, no quieres... Te juro que "he tirado mil bolsas llenas de ansiedad y aquellos defect"ill"os que uno guarda por guardar," por aquello de que algún día servirán ¿No?. Me he quedado tan vacío... "Ya no sé quien soy... tan sólo sé que hay más luz de la habitual," seguro que eres tú la que ilumina todo esto, o quizá sólo sea que no hay tanta porquería que no dejaba pasar la luz.

Mira... vamos bien, no huyas, no te gires... "No lo hagas, no lo hagas, ¿por qué me das la espalda?..." Te repito que lo he cambiado todo de lugar, ahora cabemos todos aquí, mejor dicho cabemos tú y yo,sin temores, enfados ni tonterías. "Mil gracias, de nada, fue mi última bobada... qué adolescente, tú ahora buscas novedad."

jueves, 17 de noviembre de 2016

Yo, mi, me, conmigo y a ti que te den.

Mi vida es una subida en escalera mecánica, que a veces se para 
 y otras también...
Sólo pido un tiempo verbal que me conceda el privilegio de estar contigo un rato más.
Hazlo, y si tienes miedo, HAZLO CON MIEDO.
Comencemos el Diario aquí y ahora, en esta misma línea.
Mañana de Domingo agotadora, como habitualmente. Unas cuantas vueltas en la cama, una mirada al espejo y arriba.
Una ojeada al correo, un par de retweets y a seguir currando.
Comida a eso de las 3, un poco de pasta y pescado, acompañada de un vaso de agua. Microsiesta de 25 minutos. A continuación, una tarde destructivamente soporífera y ya por último la llegada de la cena. Trayecto en Renfe hasta Aravaca, con acontecimientos curiosos de por medio.
Una mujer, habitual de esa línea, se dispone a dejar en cada asiento vacío, un pequeño papel con un texto pidiendo ayuda para sus hijos de 4 años. Debajo del mismo, un paquete de clinex, a la venta por 25 céntimos y una sonrisa. Un paseo por todos los vagones y ni una parada frente a alguien.
Una familia de dos hermanos, de no más de 7 y 10 años, junto con su madre. Al parecer volvían de pasar el día en la sierra. Todos provistos de botas, abrigo, gorro y guantes. Nada más dejar el papel y el clinex, el más pequeño de ellos, ha asomado la cabeza por encima de su madre para investigar aquel trozo de papel. Su madre, en un ademán de dictadora, lo ha reprimido y le ha acompañado con el abrazo a que volviese a su sitio y no tocase nada. Si en vez de eso, le hubiese explicado esa historia, el por qué esa señora tenía que ir dejando esos clinex en cada asiento, o el por qué tras menos de cinco minutos los ha vuelto a recoger un tanto desolada. Si, ya no sólo su madre, todos intentásemos ser más comprensivos, más empáticos, quizá justo esas situaciones se podrían suprimir y formar parte de ficción, de historias escritas por cualquiera. Estaría bien que de una vez por todas, dejase de ser una realidad y se convirtiese en ficción.
Cena insulsa, tanto como las conversaciones durante la misma.
Vuelta a casa, esta vez en un vehículo de cuatro ruedas, blanco y de una marca reconocida y bastante extendida. La radio a un volumen prudencial, que con una sintonia conocida ha conseguido sacarme de este escrito, únicamente, para que mi boca pronunciase: "Cancionaca". Tras pronunciar estas palabras, he vuelto aquí,y bueno, aquí sigo relatando este día.
Mi mente ha entrado en fase recuerdo, y se ha encargado de recrear ese beso que es una ola en mi boca.
Chavales convertidos en maestros kung fu por una noche.
Sobrevolando la noche madrileña, piti en mano y rabia en la otra.
Nostalgia en mente y ganas de vivir, en el pasado, correteando por la sangre.
De vuelta a la cama, me cubro con un edredón que tiene complejo de losa.
Mis ojos se cierran poco a poco, van echando el cierre, y atino cada vez menos a darle a la tecls cirrexta, y auqne el corrector me subraye en rojo, aquí sigpo, dandole un ultimo empujon para poder acabar con un . 

lunes, 14 de noviembre de 2016

Análisis de un levantamiento.

¿Sabes? Hoy mi día no ha empezado bien. Bueno, para ser justos, digamos que yo no lo he empezado bien, él que culpa tiene de ser frío y gris.
Me he levantado a las 6:30 AM (a y 32 estaba en pie, siempre hay que remolonear unos minutillos), y nada más poner un pie en el suelo, he notado como un escalofrío comenzaba a tomar forma en mi punta del dedo gordo. Acto seguido, y tras el improperio de rigor, he dirigido mi cuerpo hacia la ducha.(Si antes el suelo estaba fresquito, ahora era como pisar la Antártida sin calcetines. Posiblemente se me hayan ido unos 15 minutos desde que me he puesto en marcha, pero bah, se siente, la calefacción funciona a pedales y como la tele algunas veces, a golpes.
Una vez desayunado y medio peinado, nos hemos dispuesto( mi cuerpo y yo, mi cabeza quería seguir durmiendo) a salir por la puerta con una sonrisa a ver si así contrarrestábamos la mala cara del Mundo. Auriculares en mano, vistazo rápido en el espejo y para adelante. Nada más apretar el pulsador del portal, una bocanada de aire helado y un cambio brusco de temperatura,  ha hecho replantearse hasta al último poro de mi piel, el dar un paso más hacia Invernalia. Una vez alcanzado territorio hostil y, muy próximo a la boca del metro, una nueva bocanada ha abofeteado mi cara, con la diferencia, ésta vez de ser de aire caliente. El descenso a las cavernas con nombre de estaciones ha sido un tanto complicado puesto que, como suele ser habitual, una de las escaleras se encontraba fuera de servicio, completamente destripada. Mi cabeza en un intento de desperazamiento, se ha asomado a ver las tripas de la misma. Tras contemplar el panorama, el vagón ha llegado repleto de personas enfrascadas en una especie de lamina con una pantalla emisora de luz y receptora de vidas ajenas, aunque mas que receptora, ladrona, usurpadora, usurera... y podría continuar con el riguroso análisis, pero rompería la regla fundamental de un levantamiento, levantarse para seguir escribiendo.