Y entonces suena la música, una voz te susurra al oído, y el corazón comienza a bombear lentamente energía y felicidad, la nariz quiere recoger todo el aire del mundo en los pulmones, tu cabeza bulle con mil
pensamientos...
He llegado a ese momento en que la música ya no dice nada.
Suena y suena en mis auriculares, pero se queda ahí, no llega a ninguna parte
de mi cabeza, no alivia como antes, no provoca respiraciones profundas y
pensamientos intensos. Quizá sea el momento de escuchar al silencio revelador,
de escucharse a uno mismo sin banda sonora de fondo.
Fabricando un cielo a mi medida en la pared.
Ya me he cansado de lanzar dardos contra tu foto. Parece ser
que me duele más a mi que a ti, sigues inmóvil, estática, con tu sonrisa
perfecta.
Tengo ganas de ver, pero no con los ojos, quiero ver el
mundo como lo ve un ciego, con los dedos, con los oídos, con el corazón…
El mundo necesita menos poetas y poemas, necesita más
poesía.
Sal de tu cabeza, vente a la mía que te hago sitio.
Aunque te advierto, posiblemente encuentres demasiadas cosas que pueden volverte
loca, ya que, es normal, están dentro de un completo loco.
Tú me hablas de fuerza, de valor, de ganas, de energía, de
energía y yo solo la perdía, solo la perdía.
Parece que ser sensible es un pecado, parece, pero no lo es,
es más, es una ventaja, una cualidad extraordinaria de gente extraordinaria.
¿Nunca te ha pasado eso de estar tan relajado y no necesitar
más que una buena canción y un sitio donde escribir?
Y dime que se siente al moverse a la par que el mundo.
Dímelo, que aquí el tiempo no pasa, sigo estancado en los mismos ojos. Tengo la
misma cara en el espejo, le ha salido una especie de sombra bajo los ojos, tal
vez sea de no dormir, o a lo mejor es la felicidad que ha decidido abandonar
este cuerpo, no sé. Solo sé que mi
cuerpo necesita de otro para completarse.
Centímetros de pura y completa belleza. Indefensa a la hora
de recibir golpes, pero capaz de recuperarse. Sumisa y dispuesta a aceptar el
devenir de la vida, capaz de aceptar la lluvia y rechazar las bacterias.
Siempre con prisa por sentir todo lo que le rodea, pero con cabeza y corazón.
La piel, un arma, al igual que la palabra capaz de desarmar. Capaz de abrir las
puertas de otro cuerpo, algo así como un pasaporte, tu identidad.
Mi patria es la piel que me recubre.
Necesito un país que se arranque la tristeza, esa capa gris
que recubre cada centímetro desnudo de piel indefensa, sumisa y siempre,
siempre con prisa.
No hay manera, hay que aceptarlo, es imposible salvar a los
domingos de la literatura.
El amor son esos besos que te doy después del sexo sin
largarme del colchón.
Cada vez que respiras un segundo tras un ataque frontal y no
devuelves los misiles.
Vivo tanto el futuro, que el presente no lo aprovecho y el
pasado lo olvido.
No tengo conciencia de un pasado fructífero, no tengo
constancia de estar viviendo al 100% el presente.
Fue como vivir en el cuerpo de otro pero con dolores
propios.
Ella es mil veces mejor
que lo que pueda escribir un poeta.
Huye de aquellos que tengan tanta razón que al final no
tengan nada.
Recuerda que no hay peor amor que el que no se da por miedo
a que te dañen.
Si te falta tiempo tranquila, yo te doy el mío. Si te falta
aire, yo dejo de respirar.
Y siempre pasaba eso,
que
pasaban tantas cosas que nunca pasaba nada.
Los jóvenes poetas viven en los bares escapando
de los renglones torcidos de su juventud.
En el colegio me enseñaron a sentarme, a levantar la mano
para hablar, para ir al baño… muchas veces la levantaba ya por mera inercia.
Pero lo que no me enseñaron es a expresarme.
Ellos tendrán el poder, yo tengo la razón.
Un pedante es un estúpido adulterado por el estudio.
Dejarse querer por la espalda.
Suelo meter la mata por mis ganas de sentir.
Hoy la desgana abre entre-semana.
Bullicio de una cafetería como banda sonora de esta
conversación.
Las lágrimas brotan a su antojo dejando surcos a su paso,
caminos de desesperación hecha lágrimas.
Con ese beso el tiempo y todo a su alrededor se detuvo.
How
romantic it could be to climb the sky.
Sueños colectivos que dan forma a nuestras creencias y
prácticas.
Aprender idiomas para entender el mundo o inventar alguno
nuevo y crear el nuestro propio.
Seriedad disfrazada ocultando su locura presente.
Desplaza todo lo que te rodea con la imaginación y advierte
el sentido mágico de la locura.
Batalla del hombre contra el tiempo.
La imaginación es lo único que protege nuestra libertad.
Los exámenes no reflejan lo que hay en nuestra cabeza, sino
lo que hubo pero ya no.
Lucha entre cabeza y corazón, la primera con los problemas
de aliados, el corazón con sentimientos dispuestos a darlo todo y dejar hasta
su existencia en ello.
Saber que hay salida
no quita que hoy me sienta como una mierda.