miércoles, 11 de febrero de 2015

Hablar, escuchar y callar.

Considero privilegiadas a aquellas personas capaces de expresar con palabras todo, desde lo más superfluo al más íntimo y escondido sentimiento.
Esas personas son unas afortunadas porque, sin saberlo, consiguen que otras se identifiquen, que mejoren como personas e incluso como escritores o narradores de los sentimientos más profundos.
Nos hacen sentir especiales, nos sacan una sonrisa cuando leemos una frase, consiguen que, aun siendo suyas esas palabras, queden a la perfección en nuestra boca.
Pero no solo alabo a aquellas que hablan o escriben, también valoró y mucho a aquellas que son capaces de escuchar, una labor complicada puesto que requiere de toda la atención y una gran capacidad mental para poder procesar toda la información y dar una respuesta. La gran mayoria de las veces esa respuesta es dada por una persona que quizá no se valore demasiado y se sienta pequeña e insignificante, en cambio, no son conscientes de que gracias a sus pequeñas aportaciones consiguen que otra gente se sienta muy grande.Por ello hay que valorar ambas partes pues la una sin la otra no son factibles y por tanto lo mejor seria guardar silencio y que las palabras no dichas o no escuchadas nos destruyan poco a poco.

domingo, 1 de febrero de 2015

Benditos silencios.

Pueden estar en situaciones incómodas y en situaciones perfectas.
Situación incomoda, tú y yo hace un tiempo, mirandonos de reojo en los patios, en cada intercambio de clase, a la salida... Esos momentos el silencio reinante era asquerosamente doloroso, era un silencio con un sabor amargo.
Situación perfecta: Tú y yo también, andando o sentados, de la mano o abrazados. Pasando horas en silencio, sin necesidad de decir nada porque todo está bien.

Miedos, ganas y piel.

Miedo de perder, perderte más bien. Miedo de no saber que hacer cuando te tenga delante. Miedo de que pase lo mismo que con las demás. Miedo de mi en general y de ti en particular.
Ganas de tu boca. Ganas de tu mirada. Ganas de tus labios con los mios. Ganas de tu cuello(y mis ojos y labios en él, eso sin ninguna duda). Ganas de ver un atardecer( o mil).Y por qué no decirlo, ganas de follarte lento, mirandote a la cara.
Piel. Tu piel, mi piel. Piel de gallina(con los pelos de punta). Piel con piel, acariciandose muy muy lento. Piel en braille leida por unas manos temblorosas llenas de miedos, ganas y como no de piel.