viernes, 28 de agosto de 2015

Recuerdos.

Tumbarme en la cama, con la luz apagada y pensar en todos los momentos que me han ido marcando. Es curioso, pero, si nos paramos a pensarlo, recuerdos que creíamos olvidaos aparecen en momentos así.
Por ejemplo, recordar veranos en la playa, con la bici de un lado para otro como un niño poseído. O las olas gigantescas a los 6 años, o los castillos de arena, o las siestas en la toalla con mi padre al lado y su sombrero en mi cara para taparme del sol, o los paseos por el puerto de la mano de los dos, o los cuentos antes de dormir, o el vaso de agua y el beso de buenas noches, o el "¿necesitas ayuda con algo?", o esas cenas en la terraza con la tele asomando por la ventana y sonando a todo volumen, o la noticia de que mis padres se separaban, o los veranos en el pueblo y la cura de heridas hechas con la bici, o las conversaciones profundas después de alguna fiesta en casa, o los soldaditos de plástico...  Hay tantas cosas, tantos momentos, tantos recuerdos que soy incapaz de escribirlos todos, algún día lo haré, algún día...

Insomnio como compañero de noches.

Se que puedo dártelo todo, lo sé. Estoy seguro de poder hacer todo, y de hecho, pienso hacer todo para que seas feliz, para mantenerte a salvo, conseguir que estés cómoda, agusto contigo misma. Soy capaz incluso de ir ahora mismo allá donde estés si me lo pides.
Son casi las tres de la mañana y sigo sin poder dormir,  otro día más para el diario de insomnio. Llevo asi aproximadamente un mes, estoy cansado de no poder dormir, cansado de no cansarme de luchar por ti, cansado de, aún viéndote con ella, no poder parar de albergar una mínima esperanza, estoy cansado de autoengañarme diciéndome que volverás, que caerás y yo estaré ahí para cogerte. Estoy demasiado cansado de escribir y escribir sin resultado alguno. Total, antes, todo esto tenía un sentido y era la posibilidad de que tú lo leyeras( esto era así porque antes al menos sentías algo, ahora ya... En fin) lo único bueno que tiene todo esto es que al menos mientras escribo y hasta que no paro de darle vueltas a las palabras, todo se olvida, el dolor y la amargura de no tenerte, desaparecen.
Podría decirse que la razón por la que escribo es esa, sí, escribo porque durante las milésimas de segundo que mi cabeza repite las letras que se van escribiendo unas Detrás de otras, todo se olvida, todo desaparece, nada existe, ni tú, ni yo.

jueves, 6 de agosto de 2015

Infinito.

Sabes ese momento en el que te sientes infinito, ese instante que apenas dura unos segundos, pero que parece durar una eternidad... Esa sensación de no pertenecer a nada, ni siquiera al sitio en el que estas sentado, esa sensación de tenerlo todo y no necesitar nada, esas ganas de saltar al vacío sin miedo, sin temor al dolor, en definitiva, estar en paz, la más completa y absoluta paz.
Pues así es como me siento al tener esto delante.