martes, 21 de julio de 2015

Realidades soñadas.

El otro día soñé contigo, te estaba mirando fijamente mientras hablabas.No me apartabas la mirada ni un momento. Había tal silencio en el ambiente que nuestras respiraciones se podían oír con absoluta claridad, de pronto la tuya se aceleró y cuando me quise dar cuenta ya te tenía encima, a menos de 2 centímetros de mis labios temblorosos. Parecía absurdo que esa mísera distancia nos impidiese caer en el caos más absoluto. Pero como de costumbre, yo me lancé al vacío y caí en tu caos, posiblemente el mejor caos en el que uno se puede sumir. Recorrimos nuestros cuerpos palmo a palmo teniendo especial cuidado en no dejar ni un solo tramo sin recorrer. Todo sucedió tan deprisa y a la vez tan despacio... Parece mentira que fuera un sueño, era todo tan real...

jueves, 16 de julio de 2015

Inocencia de la infancia.

La inocencia, sinónimo de infancia. Me pregunto tantas veces por que no podemos recordar nuestros primeros años de vida, por que todo ese tiempo es un borrón en nuestra vida. Son los mejores años de nuestra vida de mierda, son esos años en los que todo lo ves por primera vez, todo te sorprende porque no conoces nada. No como ahora, que ya sabes de que va la vida y como funcionan las personas. Echo de menos un poco de inocencia en nuestras vidas, necesito un poco de esperanza para alcanzar el final del túnel. Necesito ver ojos llenos, repletos de sueños, deseos, ambiciones, esperanza, amor... Supongo que son demasiadas cosas las que pedimos, pero creo que en nosotros está el poder de cambiar lo establecido, de acabar con todas las tonterías que hoy corrompen este mundo feroz, que nos consume.

sábado, 11 de julio de 2015

Volando entre tendederos de azoteas.

Volando entre tendederos de azotea.
Volando estaba. Volaba sin rumbo fijo, y siempre tratando de aterrizar en algún lado, con ganas de ser el pasajero que todo el mundo espera en un aeropuerto. Pero no había forma, todos me echaban, nadie quería un avión con el corazón averiado. Caía en picado, sin paracaídas, sin red al final del precipicio, dispuesto a darlo todo en ese último vuelo (y me encontré con tus labios).Volaba raso entre los tendederos con el fin de que alguno me enganchara y no me  soltase por lo menos el tiempo que durase un beso. Dibujaba letras en las nubes (juntas formaban un "te extraño" o eso creo...) Pasaba entre ellas desgarrándolas como si fuesen algodón de azúcar. Muchas se volvían a juntar como si nada hubiese pasado e incluso en algunos casos se unían a otras. Fue entonces cuando entendí que es muy fácil desgarrar el corazón, pero que también es muy fácil que se reconstruya con la ayuda de otro. Al igual que entendí que ese" te extraño" dibujado podía desvanecerse en un instante.
Me aficione por ti a las azoteas, y ahora que he aterrizado en una no pienso irme.