martes, 31 de marzo de 2015

Letras seguidas de otras formando algo incomprensible.

Toda prosa me destroza. Todo lo que escribo me alivia y a la vez me hace daño, me araña, me desgarra poco a poco. Es como una canción que te construye y te derrumba.
Caigo sobre la fría acera. El viento me golpea sin clemencia, me va arrancando todo. Empieza por la piel, continúa con mi corazón, que lo arranca sin ningún miramiento, y como no acaba con mi cabeza, dejándola vacía por completo. Me quita todos los problemas, pero consigo, trae  más problemas de otros, que al igual que los mios son arrastrados por el viento.
El reloj no me espera. Quiere organizarme todo, necesita tener todo claro al instante. Quiere tenerlo todo muy bien atado, no quiere que ningún grano de arena se escape de su cristal. Dice que no haga una montaña de un grano de arena, pero el maldito viento lo mueve todo y ya no se si los problemas se me van, si el viento se los lleva o si el tiempo los reclama y los retiene por siempre.

lunes, 23 de marzo de 2015

Sólo rabia y deseos de destrucción.

Llovía como si el cielo se fuese a caer, como si hubiese una gotera en el techo del mundo, parecía que se iba a romper en cualquier momento y que todo iba a quedar anegado. Nadie por las calles, solo charcos y más charcos, seguidos de asfalto y una imagen que se reflejaba en ellos. Parecía una silueta de algo cubierto por una capucha, parecía una persona, pero su cara no se vislumbraba en el agua. No se oía nada en absoluto, se cernía un silencio desolador que hacía pensar. Se sucedieron una serie de charcos y más charcos, después cristales iluminados por farolas, que al mirarlas parecían tener cortinas por la incesante lluvia. Las gotas de agua calaban hasta los huesos. Jugaban con ellos, los recorrían de arriba a abajo y de dentro a fuera. De pronto las piernas se movían solas y corrían como si no hubiese un mañana, pisaban y pisaban más charcos, trataban de huir de la cabeza -ilusas-. Daban zancadas hasta que se vieron obligadas a parar, la cabeza las había alcanzado, las obligaba a detenerse convenciendolas de lo irracional de todo aquello. Luego el corazón comenzó a latir a un ritmo frenético, quería salir de aquel cuerpo y escapar de las órdenes de la cabeza. Latía y latía, pero sin éxito. Sin previo aviso, la boca se dispuso a gritar tratándo de evitar cualquier censura. Gritó y gritó, llegó un momento en el que hasta la lluvia cesó para dejar espacio a aquel grito. Fue un grito de deseo y de rabia, un grito desesperado por destruir todo lo que en la cabeza se encontraba, un grito que pretendía acabar con todo pensamiento.
CONTINUARÁ

15 MINUTOS

Siempre tiendo a dar
lo todo a la primera
y ahora he de decir
si quiero o no quiero un poco más
quién quiere dar y quién pedir
quién sabe lo que cuesta preguntar
cuándo ya sabes lo que vas a oir
cuándo el amor se va de la ciudad...

Marwan.

viernes, 20 de marzo de 2015

Sin memoria

Es lo peor escribir sobre las cosas que se nos van, por lo tanto voy a escribir ahora que aún sigues aquí.
Solo venía a decir que debe ser horriblemente asqueroso y doloroso llegar un día a tu casa y no ser capaz de reconocer ni tu propia puerta, esa puerta por la que han entrado tantas risas y han salido tantos llantos, ese sofá en el que has pasado horas sentado mirando la caja tonta o leyendo libros sin parar, llegar y tumbarte en una cama que no parece tuya, en esa cama han pasado cosas inenarrables, en cambio tú ya no recuerdas ninguna. Seguramente llega un momento en el que eres consciente de que has vivido todo lo que te relatan, pero eres incapaz de hacerlo tuyo, de sentirlo como algo propio, en definitiva no eres capaz de reconocerlo como tu pasado. Y eso debe ser sumamente doloroso, y no solo para la persona que lo sufre, sino también para las personas que le rodean. Imagínate que un día te le encuentras por la calle y no te reconoce, debe sumir a uno en la miseria, debe destrozar por dentro y por fuera a toda persona cercana e incluso a ella misma. No sé, supongo que es algo que nos pasa al hacernos mayores, aunque también está la memoria selectiva, también llamada como "forma de pasar olímpicamente de alguien". Esto último no suele ser lo habitual, y en realidad no quería referirme a ello pero como de costumbre y para no variar me voy por las ramas y cambio de tema sin venir a cuento.
P.d: Recuerda tú que puedes que escriba una historia sobre ti, contandote detalle a detalle tu vida entera.

domingo, 8 de marzo de 2015

Por si te interesa.

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Nada claro.

Malditos Domingos.

Dejo atrás el pasado, salgo corriendo para que no me alcance de nuevo, no quiero verle otra vez. Y con todo y con eso, sigue doliéndome la vida porque aunque le deje atrás sigue estando ahí, te persigue de por vida y por mucho que intentes olvidar no se va de ahí, te sigue lentamente y normalmente te alcanza los domingos. Los Domingos en los que despiertas deseando que sea Sábado y te  pides cinco minutos más, le pides cinco minutos más a tu cabeza para que vuelva a dormirse, que obligue a tus ojos a cerrarse, que echen el cierre y no vuelvan a descubrir la triste y desoladora realidad. Se oye de fondo el despertar de los vecinos, el trajín que se traen para levantarse y ponerse en marcha, un nuevo dwia comienza, pero yo tengo ganas de que acabe ya. Es muy complicado levantarse de la cama un Domingo con sabor a Sábado, la cama te atrapa con sus finas y suaves garras llamadas sabanas, quienes te sumergen en un mar llamado cama, considerado como el más bravo de todos unas veces y otras el más tranquilo y apacible( se sobreentiende el por qué).  En definitiva, que hoy es Viernes y auguro que este Domingo va a doler como el que más.

Sombras vistas a contraluz desvelando todo su interior.


No era ni de noche ni de día, era sin más.
Estaba atardeciendo, la puesta de sol se estaba convirtiendo en noche, una noche que parecía todo lo contrario por la brillante luna que nos deslumbraba.
Y si, aunque parezca increíble era así , la luz del atardecer y la luz de la luna juntas, ocultas por una silueta que deja un halo alrededor de sí como si de magia de tratase. Todo en ella era mágico, desde su punta del pie hasta su coronilla. De fondo esa canción que te envuelve y transporta a otro lugar dentro de ti tan extraño y acogedor que...no sabes ni como explicarlo. Estas agusto, como si fueras con el puntillo de tres copas, si, podría describirse así. El puntillo de tres copas.