martes, 31 de marzo de 2015

Letras seguidas de otras formando algo incomprensible.

Toda prosa me destroza. Todo lo que escribo me alivia y a la vez me hace daño, me araña, me desgarra poco a poco. Es como una canción que te construye y te derrumba.
Caigo sobre la fría acera. El viento me golpea sin clemencia, me va arrancando todo. Empieza por la piel, continúa con mi corazón, que lo arranca sin ningún miramiento, y como no acaba con mi cabeza, dejándola vacía por completo. Me quita todos los problemas, pero consigo, trae  más problemas de otros, que al igual que los mios son arrastrados por el viento.
El reloj no me espera. Quiere organizarme todo, necesita tener todo claro al instante. Quiere tenerlo todo muy bien atado, no quiere que ningún grano de arena se escape de su cristal. Dice que no haga una montaña de un grano de arena, pero el maldito viento lo mueve todo y ya no se si los problemas se me van, si el viento se los lleva o si el tiempo los reclama y los retiene por siempre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario