Que el cielo arda si quiere, que yo me quedo aquí, contemplando tus pensamientos, tus miradas y de vez en cuando tratando de juntar
tus ansias
con mis ansias.
Que el cielo arda si quiere, que yo me quedo aquí, contemplando tus pensamientos, tus miradas y de vez en cuando tratando de juntar
tus ansias
con mis ansias.
Palabras como vida,
muerte,
todo,
nada,
palabras que confinan lo absoluto, palabras graves que despiertan el espíritu y la mente de quien las escucha, de quien las sueña.
Siempre,
nunca,
mío,
nuestro.
Los autores, siempre faltos de desidia, siempre plenos de matices
como sus palabras,
si,
no,
sólo,
juntos.
Pequeñas grandes palabras nunca elegidas al azar
aquí
ahora.