domingo, 1 de febrero de 2015

Benditos silencios.

Pueden estar en situaciones incómodas y en situaciones perfectas.
Situación incomoda, tú y yo hace un tiempo, mirandonos de reojo en los patios, en cada intercambio de clase, a la salida... Esos momentos el silencio reinante era asquerosamente doloroso, era un silencio con un sabor amargo.
Situación perfecta: Tú y yo también, andando o sentados, de la mano o abrazados. Pasando horas en silencio, sin necesidad de decir nada porque todo está bien.

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