miércoles, 18 de noviembre de 2015

Sin ropa y conmigo.

A veces te imagino sin ropa. A veces, mientras hablas, te escucho mirándote de arriba a abajo deseando comerte entera. Unas veces te imagino sin ropa y otras te imagino sin ropa y conmigo.
Muchas veces tengo ganas de recorrer tu cuerpo con mis labios, comerte las tetas y no dejar ni un centímetro sin probar, luego ir bajando hasta tu cintura y asomarme al abismo que hay entre tus piernas. Cogerte el culo con las dos manos y pegarte a mi cuerpo para notar como te estremeces. Obligarte a ponerte de puntillas para poder besarme o incluso hacer que te arrodilles para Dios sabe que. Otras, pienso en darte la vuelta y recorrer los pliegues de tu espalda, besar cada lunar, acariciarte tanto hasta desgastarte la piel.
Pero claro, luego me acuerdo de tu sonrisa y es inevitable volver a ella, y no sólo para comérmela sin más, sino que para contemplarla y deleitarme como si de una película a cámara lenta se tratase.

No hay comentarios:

Publicar un comentario