miércoles, 14 de octubre de 2015

Ya no.

¿Sabes? Creo que ya no la quiero. Y no es que no la quiera como amiga o como persona, sino que ya no la quiero como antes. Ya no quiero su cuerpo junto al mío, ya no quiero el olor de su pelo, ni sus manos y labios rondandome por toda la cara. Lo prometo, ya no la quiero, solo que a veces aparecen pequeñas sombras que me hacen recordar lo que la quería.
Ay, cómo la quería... La quería en cada momento, cada segundo, ya fuese bueno o malo( quee más daba todo, ella estaba ahí para afrontarlo conmigo). La quería físicamente, su cuerpo me atraía completamente, del mismo modo que lo hacía su mente, su imaginación, su inocencia, su mal humor... 
Ahora ya no la quiero así, ahora todo ha pasado al modo recuerdo, ese modo en el que las cosas pesan un poco menos pero siguen estando ahí. Casi casi como las sombras, casi no pesan, pero te siguen a todas partes y si miras atrás las ves y recuerdas cada detalle, cada puto momento, cada olor, cada sonrisa, cada mirada...
Menos mal que ya no la quiero como antes.

Algunas veces pienso que escribiendo se soluciona todo y, en cierto modo, es verdad, lo malo es que solo dura el tiempo que estés escribiendo.

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