viernes, 6 de mayo de 2016

Los siete pecados.

Los siete pecados capitales contigo me saben a poco
y dejar un folio en blanco por si te inventas maaas.


Dices que no te gustas. Puf, vaya gilipollez, sí, es así, eres imbécil por pensar eso.
¿En qué cabeza cabe el hecho de no gustarte? Me niego a aceptar que no te gustes. Es más, me pienso poner el reto de conseguir que acabes gustándote más a ti misma que yo mismo.
No estoy dispuesto a acatar las ordenes de tu loca cabeza, me pienso dejar guiar por tus ojos, esos tan "simples" que dices tú. No quiero escribirte nada, no quiero crear espectativas sobre mi persona. No escribo bien, sólo escribo, sin sentido, sin ninguna razón aparente , con un ataque de nervios de fondo, del cual quiero huir. Con ganas de distanciarme de todo, convertir tu cuerpo en arte moderno, convertirte en escultura móvil, tratar tu cuerpo como si de una piedra preciosa se tratase, pero sin contemplarlo como algo material, como algo tangible, sino como algo soñable, algo reseñable y resoñable. Algo a lo que pueda volver siempre, acudir en caso de derrumbe, en caso de caida. Algo asi como un refugio antiaereo, entendiendo que las bombas caen desde mi propia cabeza. Fabricándolas ella misma con sus artimañas y tejemanejes, con sus habilidades para provocar una catastrofe masiva a nivel ultraplanetario
No comprendo a donde quiero ir de donde vengo
los planes que diseña mi cerebro, nadie nunca nos ha explicado las reglas del juego. 

Por favor te lo pido, hoy más que nunca, pronunciate, que sientes, que no sientes y que quieres sentir. Yo estoy a tu disposición, enteramente a tu cuerpo me entrego.

No hay comentarios:

Publicar un comentario