jueves, 26 de mayo de 2016

Ojos (El mejor título que he encontrado por el momento)

7:00 AM

Una mañana más, desoladora y fría, llena de ausencias y con cierta resaca de copas no bebidas( un pequeño plagio a Rayden)

Desfile de cuerpos sin ambiciones, meros esclavos de apariencias y falsa seguridad, deambulando en transporte público. Es curioso, nadie levanta la cabeza del suelo, todos están tan concentrados en no pisar los pies del otro que no disfrutan de los perfumes de la gente, del maquillaje de esa chica en su primer día de clase, de la sonrisa instalada justo en la comisura de los labios de ese chico tras pasar una noche abrazado a un cuerpo, o los ojos hambrientos e infinitos(otro pequeño plagio a Marwan) de una anciana y su bastón...
Hay tantas cosas que se nos escapan, y que están tan cerca... hasta la vida misma se nos escapa.Con lo simple que es levantar los ojos y contemplar la belleza de lo cotidiano, la esencia misma de la vida se encuentra muchas veces en la rutina, aunque he de decir que si la vida es rutina, YO la devuelvo.
Sé que la rutina parece que es la alarma del despertador a las 6, el desayuno con prisas por llegar tarde, la minicarrera a contrareloj constante... sí, se que parece rutina, sí, pero el Sol siempre sale por el mismo sitio y, a que no hay dos amaneceres idénticos, a que no hay dos mañanas en las que te echas la misma cantidad de café, a que nunca estas conforme con tus pelos al mirarte en el ascensor, a que siempre duermes pero nunca sueñas exactamente las mismas cosas, a que siempre respiras pero nunca el mismo numero de veces... pues eso. Siempre hay pequeños cambios, siempre hay algo que, al levantarte es distinto, siempre hay unos ojos en el transporte público, en la calle, en clase o en el trabajo esperando a cruzarse con otros ojos que le devuelvan la sonrisa. Siempre habrá algún niño dispuesto a saludarte con la mano o esconderse tras las piernas de su madre/padre/ o quien quiera que vaya con él/ella (o lo que sea).
Así que ya está bien de desaprovechar la vida, ya está bien de quejarse de la rutina, porque no existe.

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