viernes, 20 de enero de 2017

Arjé, arché, arqué, arkhé, principio, fuente, origen.

No hay principio ni final, sólo lo que quieras ir contando...
Una vez más nos vemos las caras. Principio y final, vida y muerte (¿o quizá sea al revés?).
Me vuelve a pasar lo mismo que casi todos estos días, no puedo escribir. Y es gracioso, porque en los momentos en los cuales tengo la mente despejada de nubarrones amenazantes de alcohol, es cuando más me apetece escribir pero menos puedo. Si te digo la verdad, parcialmente nublada si que está, pero es una noche despejada la que hay en mi cabeza. Se ven las estrellas prácticamente en su totalidad. Todo pinta tan bien desde ahí fuera ¿verdad? Las torres, murallas y ventanas parecen tan enteras... Se hace llamar mente, la muralla digo, y joder, en días de lluvia se derrumba prácticamente en su totalidad al igual que en días de heladas se congela. Pero a pesar de todo esto, siempre se levanta y vuelve a su puesto, no se rinde jamás. (Aunque te advierto que un día de estos no se va a levantar del suelo y, no por haberla derrotado, sino porque no le dará la gana.) sé que llegará un día en que se canse y diga hasta aquí hemos llegado, ni la poesía, ni las palabras bonitas ni los besos en el cuello me van a salvar, lo siento mucho, pero abandono.
No hay principio ni final, sólo lo que quieras ir contando...



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